viernes, 17 de marzo de 2017

Chichen Itzá es una propiedad privada.

En 1839 el explorador  John Lloyd Stephens  fue nombrado  embajador especial en Centroamérica por el presidente estadounidense Martin van Buren con la encomienda de registrar detalladamente las formas de vida, costumbres e historia de Centroamérica y el Sur de México.

Chichen Itzá historia

Chichen Itzá  Caterwood


Junto con el ilustrador Frederick Catherwood, Stephens recorrió la región desde 1839 a 1841 abarcando mas de 3,000 millas en su periplo. Resultado de este viaje  es la publicación entre 1837 a 1843 de las aventuras de ambos   en cuatro libros : Incidentes de viaje en América Central, Chiapas y Yucatán,  dejando unas crónicas ricas en detalles de la sociedad , el momento político que presenció y, especialmente, una valiosa documentación de sitios arqueológicos desde México hasta  Honduras. Ampliamente recomendable su lectura que a pesar de los casi 200 años transcurridos desde que se escribió no ha perdido actualidad ni encanto.

Chichen Itzá  dibujos Caterwood


En 1895 el vicecónsul norteamericano en la zona, Edward H. Thompson (1856-1935) que había leído los libros de Stephens y además era arqueólogo aficionado,  se mostró muy interesado en la zona donde se asentaba Chichen Itzá. Stephens había documentado ampliamente su paso por la ciudad y la importancia que tuvo en épocas ancestrales. Hay que recordar que cuando Stephens entró a Chichén , ésta no era mas que un montón de piedras  y apenas restos de algunas pirámides envueltas por la selva según lo acreditan los dibujos de Catherwood. De cualquier manera el cónsul se mostró sumamente interesado en el lugar , sobre todo en el cenote sagrado  ya que Stephens había descrito que era un lugar de peregrinación maya y se usaba para sacrificios ceremoniales y ofrendas religiosas, por lo que decidió comprar la plantación henequenera que incluía la zona arqueológica de Chichen por la fabulosa cantidad de ¡75 dólares!

Chichen Itzá  1884

El consul Thompson reconstruyó la hacienda  que durante la Guerra de Casta había sido destruida y ya instalado allí y con el libro de Stephens en la mano se puso explorar la región  apoyado por el Peabody Museum of Archaeology and Ethnologyde la Universidad de Harvard, se concentró   en Loltún y en la tumba del Gran Sacerdote en Chichén Itzá, siendo que todos los objetos encontrados fueron a dar a la Columbian Exposition, este tesoro fue trasladado posteriormente al Field Museum de Chicago; siguió sus exploraciones en Labná y Uxmal, lo que despertó, aparentemente, muchas protestas. 

Cenote sagrado Chichen Itzá

Sin importarle las opiniones  ajenas y debido a que la década de 1890 había comenzado con  una gran  fiebre de interés extranjero por las antigüedades mayas,  Thompson no se anduvo con chiquitas  y decidió dragar el Cenote Sagrado en  dos tandas : una de 1904 a 1907 y otra de 1910 a 1911 encontrando  cientos de piezas de oro y jade, las cuales, por supuesto  sacó del país las cuales se pueden apreciar hoy día  el el Museo Peabody.
El éxito de esta aventura se evidencia en la salida ilegal de alrededor de 30.000 piezas arqueológicas de diversos materiales, sin que fuera detectada a lo largo de tres décadas, gracias a la complacencia del presidente Porfirio Díaz, el gobernador Felipe Carrillo Puerto y otros funcionarios menores. En 1926 l gobierno del Presidente Plutarco Elías Calles fincó cargos civiles y penales contra el estadounidense, pero años después la Suprema Corte de Justicia falló a favor  de los herederos de Thompson, ya que este había muerto en 1935, dejando impune un atentado al patrimonio cultural de México.

Mascara maya de jade
En los años 30’s mientras el litigio por la posesión de las tierras de Thompson  se dirimía en las cortes mexicanas éste decidió venderlas a uno de los hombres mas ricos de Yucatán  llamado Fernanado Barbachano Peón,  el cual adquirió  las propiedades del norteamericano y se puso a construir hoteles (Hacienda Chichen Resort y Mayaland) dentro  de Chichen, siendo éstos los únicos en el mundo que se encuentran dentro de un área arqueológica.
Hoy en día los Barbachano son los dueños de los terrenos  donde se asienta Chichen Itzá pero no son propietarios de los restos arqueológicos que se encuentran bajo la figura jurídica del comodato. 

Chichen Itzá ambulantes

Debido a esta particularísima situación, cuando se visita Chichen Itzá durante el día,  los visitantes se encuentran además de las ruinas con un inmenso ejército de vendedores ambulantes instalados en sus puestos  dentro de la zona arqueológica. Sin duda, un verdadero tianguis.

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