jueves, 31 de diciembre de 2015

Ballenas, esperas y esperanzas en Puerto Vallarta

Desperté meditabunda: es diciembre, está lloviendo y se acerca el Año Nuevo. Pienso que nuestra materia prima es la esperanza, siempre estamos esperando algo: que los hijos vuelvan para las fiestas, el cumpleaños  del que no queremos confesar a que año corresponde, la nueva temporada, que nos trae trabajo, en fin, vivimos expectantes. esperando. 


En lo personal, una de las esperas mas emocionantes , es la de las ballenas. Verlas retozar, saludarlas y celebrar su regreso, cumplir todos los años con este ritual que nos homóloga y nos vuelve compañeras durante unos meses. Habitamos la misma casa , nadamos en las mismas aguas y respiramos el mismo aire.  Compartimos tiempo y espacio en esta aventura  llamada vida.


A partir de diciembre y hasta marzo, por ahí de las 5 pm  me acerco 2 o 3 veces por semana a la parte sur de la Bahía, ahí por Boca de Tomatlán o Mismaloya, donde te puedes sentar tranquilamente en cualquier piedra cara al mar o en la mesa de un  restaurante y empezar a otear el mar con cuidado para ver donde  aparecen. Estos encuentros anuales refrendan la esperanza de que los sueños se cumplen y la esperanza se ve refrendada una vez más. Cuando las veo hago balances y fijo expectativas para lo que viene.

Ellas juegan, yo respiro hondo y las observó hipnotizada. Han vuelto otra vez: han recorrido 10,000 kms. en 3 meses. Salieron del Mar de Bering en octubre donde pasaron la primavera y el verano alimentándose, vienen todos los machos, los ballenatos,  las hembras preñadas, las que se van a aparear y dentro de 1 año  darán a luz. 


Pero estoy preocupada y ellas también, notan, notamos que algo terrible está sucediendo alrededor de nuestra casa: el calentamiento global nos amenaza a todos. La temperatura ha subido 1 grado en los últimos años y lo seguirá haciendo de forma inexorable porque los grandes intereses 
económicos no van a dar marcha atrás y la víctima es nuestro planeta y todo lo que contiene. Ellas saben muy bien lo que es sobrevivir; a finales del pasado siglo  debido a la caza inmisericorde a la que estuvieron sujetas, quedaron  al borde la la extinción y especies como la ballena jorobada que es la que llega a Puerto Vallarta, gracias a esfuerzos  de asociaciones como Green Peace,  han logrado incrementar su población de 1200 especímenes a 20,000 en los últimos años.


Durante los siguientes 3 meses nos vamos a ver casi todas las tardes, con tranquilidad,  sin persecuciones ni hostigamientos y  me voy a tomar  el tiempo de reflexionar acerca de lo que espero para mí...y para ellas.

Ana María Platas
Creadora de Find PVR
Puerto Vallarta, México